vendredi 27 août 2010

Pasear en Roma (II). Perspectivas vaticanas

















Pasear en Roma

Pasear en Roma a principios de agosto es una experiencia singular. Acostumbrada como estoy a recorrer a pié las pequeñas ciudades de Toscana, el verano romano es para mí excesivamente incómodo, sobre todo a causa del constante tráfico en todo el centro de la ciudad, sumado al calor y a las distancias. Aquí todo se muestra superlativo, tanto la antiguëdad como la belleza. El Museo Vaticano forma parte de los indispensables, con el Foro y la villa Borghese, no solamente para los aficionados al arte y a la historia con mayúsculas, sino para los que buscan simplemente la sombra, algo de frescor, pero no de silencio, porque los turistas forman multitudes en todos los lugares célebres, con las inevitables colas. Por esta razón, es mejor reservar anticipadamente la entrada a los lugares de pago, como los museos. Los precios romanos son variables, los servicios son caros, como en todas las grandes ciudades italianas y europeas en general, pero a veces pueden produirse sorpresas agradables, como el módico precio de los taxis o los hoteles con tarifas razonables

Imágenes de la Plaza de San Pedro, Ciudad des Vaticano

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Perseo


El emperador Adriano


El techo como puerta abierta



Mapa del territorio de antaño


Proyectos de crucero


Soledad del museo vacío


Angel de Rafael